Las distintas lenguas de China

El idioma oficial de China es el chino mandarín, no el chino, y es que esta lengua en realidad no existe como tal. Lo que existe son las lenguas siníticas, frecuentemente asimiladas al “idioma chino” cuando en realidad son una familia de lenguas al igual que las lenguas latinas —español, portugués, francés, italiano o rumano— o germánicas —inglés, alemán o neerlandés—.

Por motivos culturales, políticos, y sobre todo por poseer una escritura común, es frecuente considerarlo una macrolengua como el árabe, aunque sus hablantes no se entiendan entre sí y sus “dialectos” estén muy distanciados. Y es que aunque de forma oral las lenguas siníticas no se parezcan entre ellas, de forma escrita comparten el mismo sistema de escritura logográfico, donde cada símbolo tiene un significado por sí mismo independiente de la pronunciación. Así, en todas las lenguas siníticas se escribe del mismo modo aunque se hable de forma diferente.

Este sistema de escritura común ayudó a mantener China unida y a crear la identidad de la etnia han, la dominante. En otras regiones del país, como Mongolia interior, Sinkiang, Tíbet y otras zonas fronterizas, se hablan lenguas procedentes de otras familias. De entre las lenguas siníticas o chinas la más importante es el mandarín, que se ha extendido de su zona original, entre el río Amarillo y la Gran Muralla, con la colonización han de Manchuria en el siglo XX y la actual colonización y asimilación de población en el resto del país, que está siendo especialmente intensa en las provincias de Sinkiang y Tíbet, donde los han son minoría.

Otras lenguas importantes son el cantonés, wu, min, hakka o jin. Aunque el mandarín se ha impuesto de manera oficial como única lengua estas conviven con él de manera oficiosa, y tienen también una importancia política. Durante las recientes protestas en Hong Kong el cantonés se ha convertido en un símbolo y un arma de la identidad local frente a Pekín. En Shanghái, a medida que gana peso económico, aparecen también las reivindicaciones lingüísticas frente al mandarín, en este caso del dialecto hu de la lengua wu, cada vez más debilitado frente al mandarín oficial. En Cantón el intento de cambiar la lengua de la televisión regional del cantonés a mandarín levantó una tormenta política para los estándares chinos.

Pese a los esfuerzos de Pekín para difundir e imponer una única lengua nacional, un 30% de la población sigue sin ser capaz de comunicarse en mandarín, y aunque esta lengua se va expandiendo a paso constante aún quedan varios cientos de millones de hablantes de otras lenguas chinas.

Deje un comentario