Los “Barrios Kennedy” y su influencia en América Latina

En una calle estrecha del sur de Bogotá hay una pequeña casita azul de una sola planta.

Sería una casa como cualquier otra si no fuera por una placa que se levanta a un costado de su fachada que la identifica como “la primera casa de las veintidosmil que se construirán por el gobierno de Colombia dentro del programa de la Alianza para el Progreso con la asistencia del presidente de los Estados Unidos de América John F. Kennedy”, de cuyo asesinato se cumplen este miércoles 60 años.

Fue el mismo Kennedy en una visita de 1961 quien puso la primera piedra de esa urbanización.

62 años después, la localidad de Kennedy aloja según los datos más recientes a 1.230.000 personas, un poco más que la población entera de un país pequeño como Guyana.

A poco más de 7.000 kilómetros de allí, en el punto en el que desemboca el río de la Plata, había otro barrio llamado Kennedy, en Punta del Este, Uruguay, uno de los balnearios más exclusivos de toda América Latina.

Se trataba hasta hace poco de un asentamiento pobre e informal ubicado al lado del lujoso club de Golf Cantegril.

Además del nombre, estos dos barrios en los extremos de Suramérica tienen en común que nacieron a inicios de los años 60 con el impulso de la Alianza para el Progreso, un ambicioso programa de influencia de Estados Unidos que echó a andar el entonces presidente Kennedy en América Latina en el contexto de la Guerra Fría.

En estos lugares, la figura de Kennedy sigue tan viva que algunos habitantes del barrio Kennedy de Punta del Este alegan que esas tierras habían sido un regalo del propio Kennedy.

Y en las salas de las algunas casas bogotanas, hay fotos del expresidente estadounidense.

No son los únicos casos por el estilo. En Río de Janeiro, Villa Kennedy es un barrio en el oeste de la ciudad en el que residen unas 140.000 personas. También fue un ambicioso proyecto de infraestructura construido con el impulso de Estados Unidos e inaugurado menos de dos meses después del asesinato de John F. Kennedy.

En su origen contó con 5.000 viviendas.

“En Brasil, renovación urbana era erradicar las favelas, un proceso que implica la construcción de complejos habitacionales de gran escala”, explica Leandro Benmergui, profesor de historia latinoamericana de Purchase College.

La Alianza para el Progreso también impulsó la construcción de la Unidad Kennedy, en la colonia Jardín Balbuena de Ciudad de México, la urbanización Ciudad Alianza en la ciudad venezolana de Guacara, el barrio Kennedy en Caracas, la Población Kennedy en Puerto Montt, al sur de Chile, entre otros proyectos inmobiliarios en América Latina.