La Guerra de Secesión (1861-1865)

Esta guerra fue el momento decisivo en la consolidación de la nación estadounidense, donde se definieron las posiciones de los estados del Norte y del Sur ante el problema de la esclavitud.

Para los estados del Sur, la esclavitud era imprescindible para su economía, basada en las plantaciones de algodón, cuya producción se duplica cada diez años, ante la demanda creciente de la industria textil europea; de los 160 millones de libras de la cosecha de 1820 llegaron a las 2.300 millones en 1860, por lo que el algodón significa 2/3 de las exportaciones de los Estados Unidos. Para atender una producción expansiva no deja de crecer el número de esclavos negros que trabajan en ella (casi 3 millones en 1850), ni deja de aumentar el valor de los esclavos en el mercado, por lo que se llega a pagar, en el caso de los mejores trabajadores, 2.000 dólares. Para el Sur, la esclavitud representa una necesidad y un capital considerable. Además, se argumenta que el cultivo de algodón, por las condiciones climáticas existentes, sólo puede ser realizada por negros. Además, la Constitución de 1787 establecía que cada estado decidiría las cuestiones relacionadas con la esclavitud.

En los estados del Norte estaban en vigor leyes discriminatorias contra los negros, entre los que se contaba la privación de derechos políticos, pero la inexistencia de plantaciones y de esclavos, y el humanitarismo que inspiraban los textos fundadores de la nación, terminaron por establecer un movimiento de simpatía por los esclavos del Sur. Según la Constitución, el propietario podía recuperar a sus esclavos fugitivos, lo que planteó cuestionamientos morales al Norte; los esclavos sólo podían estar seguros cuando podían llegar a Canadá. La propaganda abolicionista es cada vez más intensa, culminando con la publicación, en 1852, de la novela La Cabaña del Tío Tom de Harriet Beecher-Stowe, escritora que conocía deficientemente el problema, elaborando un planteamiento emocional, pero que contribuye de forma poderosa a despertar el rechazo en el Norte por la esclavitud y de solidaridad con los esclavos perseguidos.

Tensión creciente entre el Norte y el Sur

A los factores económicos y éticos del problema terminó añadiéndose el factor político. En 1820 se firma el compromiso, donde se establece la Línea Mason-Nixon, el que delimitaba los estados que se oponían a la esclavitud y las que legalizaban su práctica. Al expandirse los Estados Unidos hacia el oeste se produjo una verdadera carrera entre esclavistas y abolicionistas para incorporar los nuevos territorios a su causa. La esclavitud se convierte en el motivo fundamental de crisis en la formación territorial del país. En 1854, a propósito de la introducción de la esclavitud en el nuevo estado, se decidió en el Congreso que estas cuestiones lo decidieran los habitantes de los nuevos territorios. Esto generó violentos conflictos entre partidarios y detractores de la esclavitud, que se llegó incluso a una guerra civil localizada en Kansas (1854-1861).

Mapa de 1856 que muestra los estados esclavistas (gris), los libres (rosa) y los territorios incorporados (verde), con Kansas en el centro (blanco).

En las elecciones presidenciales de 1860 se presentan como candidatos John Breckinridge (demócrata), defensor de los intereses esclavistas, y Abraham Lincoln (republicano), defensor de las ideas abolicionistas. Un mes después del triunfo de Lincoln, Carolina del Sur proclama su secesión de la Unión, siguiéndola en los meses siguientes los estados de Georgia, Florida, Alabama, Mississippi, Louisiana, Texas, Carolina del Norte, Tennessee, Arkansas y la parte oriental de Virginia. Estos estados, considerando amenazadas sus bases sociales y económicas, deciden organizarse en la Confederación de Estados de América. Desde el punto de vista jurídico la cuestión era complicada: ¿constituían los Estados Unidos un solo Estado federal o una simple unión de estados soberanos? Aunque muchos sectores de la prensa y la opinión pública eran partidarias de la división del país, Lincoln proclamó como su primer deber como presidente el mantenimiento de la Unión.

La guerra civil: los contendientes

La guerra civil ofrece novedades militares: introducción del fusil de boca rayada; los ferrocarriles juegan un papel importante en el transporte de tropas, lo que da ventaja al Norte al poseer una red ferroviaria más extensa; y se recurre a la guerra total, de destrucción al adversario -como la campaña de Sherman de 1864-, lo que significa una movilización masiva de ciudadanos. Los estados del Norte, sin esclavos, tenían una población de 19 millones de habitantes, frente a los estados sudistas, con 5,5 millones de blancos y 3,5 millones de negros. Cuatro estados esclavistas (Missouri, Kentucky, Delaware y Maryland) -con 2,5 millones de blancos- permanecieron fieles a la Unión, dando una importante ventaja estratégica para el Norte, pero muchos de sus habitantes se integraron como voluntarios al lado del Sur.

Si la superior potencia demográfica del Norte era evidente, más aplastante sería su superioridad industrial, con variedad de recursos y una de las zonas marítimas más importantes del mundo: la costa de Nueva Inglaterra, dando una supremacía naval. Parecía fácil, con el control del mar, cortar el comercio del Sur y asfixiarlo. Sin embargo, la guerra se extendió por cuatro años y ninguno de los contendientes estaba preparado para ello y el Sur aprovechó la situación para improvisar cultivos alimentarios e industrias esenciales. Además, los negros permanecían ajenos a la guerra y no se produjo el esperado levantamiento que hubiese hundido al Sur. Así se explica la duración del conflicto y la consiguiente secuela de destrucción, resentimiento y odio que perduró por muchos años.